jueves, 31 de octubre de 2013

TABERNA LA CONCHA Y CALLE ARLABÁN

LA TABERNA DE  LA CONCHA Y LA CALLE ARLABÁN

               Fue esta taberna una de las más famosas  de Madrid durante la primera mitad del pasado siglo.  Heredera de su vecina,  la taberna del Tío Lucas,  también en La Concha fueron muy populares sus judías. Punto de reunión de artistas, bohemios, crápulas y noctivagos; reuniones que no pocas veces acababan  en broncas, peleas y algún que otro navajazo.Clientes asiduos de esta tasca eran Joaquín Dicenta , Mariano de Cavia y Julio Camba.    

               Precisamente a causa de una pelea  "Anteanoche riñeron en la  calle de Arlabán dos individuos que poco antes, habían disputado en la taberna llamada de La Concha, establecida en dicha calle", que fue noticia en El Globo en 1900, sabemos que la taberna ya estaba abierta en ese año aunque pienso que, seguramente, ya existía en los últimos años del XIX.

               En 1904, con motivo de un asesinato La Esfera nos dice que el sospechoso busca coartada y dice que “La noche de autos estuvo con Bernardo en la taberna de Amando en la calle de Lope de Vega; que allí dejó al mozo y él se fue al café del Prado; de allí al de Zaragoza, y de éste al Oriental, pasando por la taberna-restanrant de la Concha, en la calle de Arlabán". No sabemos si el hombre era culpable pero de lo que podemos estas seguros es de que le iba la "marcha"

               La taberna de Amando Varela estaba en el nº 22 (actual nº 20) de  la calle Lope de Vega esquina a la costanilla de las Trinitarias, el café del Prado en la calle de este nombre esquina a la C/. del León, el de Zaragoza estaba en la C/. Atocha esquina  también a la C/.del León y el Oriental en la Puerta del Sol entre las calles Preciados y Carmen.

               Por cierto, Dicenta parece que escribió en esta tasca , entre chato y chato, algunas escenas de su Juan José . Si no tenía dinero para cuartillas, escribía sobre papel de envolver. Curiosamente, una vez terminada la obra, se leyó por vez primera en  el Café Inglés que estaba enfrente de La Concha. Cuando se estrenó la obra, Mariano de Cavia le dijo a Dicenta:
               - La obra está muy bien porque la has vivido y la has bebido

                La taberna estaba en el nº 2 de la calle Arlabán, que hasta 1882 se llamó calle   (o callejón) de los Gitanos. El nombre actual se debe a la batalla de Arlabán de Salinas  en Álava donde en 1835 las tropas cristinas vencieron a los carlistas. Era una calle trasera y estrecha llena de maleantes y busconas hasta su remodelación. Según Répide no podía ser utilizada  para el paso de carruajes y "presenta un especial aspecto por los colmados en ella establecidos y la vecindad de la torería ambulante en su embocadura de la calle Sevilla" Así la ve  el Heraldo en 1928:

             "He aquí el antiguo callejón de Gitanos. Ayer—un ayer muy remoto—cobijo de la fauna más dramática, más tenebrosa, a la vez que pintoresca, del Madrid de 1800. Después, desde mediados de siglo hasta los aledaños de nuestros días, refugio de toreros, de comisos y de vendedores de industrias eutrapélicas. Desde entonces transformada en calle de Arlabán, a pesar de esto, el antiguo callejón de Gitanos, frente a unas vías como la de Sevilla, como la de Nicolás María Rivero (así se llamó la C/. Cedaceros desde 1895 a 1943), de indudable marchamo europeo, presentaba un agudo contraste, por su reducida calzada, la humildad de sus edificaciones y la poca limpieza de que siempre fue favorecida. Aquel recodo del Suizo, bolsa y senado de la tauromaquia, es inolvidable para muchas imaginaciones. La calle de Arlaban, hasta la posguerra, en que se vio turbada por las edificaciones del Banco de Bilbao y del teatro Alkazar, fue un rincón de brillante casticismo. La taberna de La Concha, que figura en tantas páginas de nuestra historia contemporánea, era el corazón de este trozo de Madrid; enfrente, el despacho de la plaza de toros fingía como una lonja de la sensibilidad nacional, y para que no la faltase nada, un café de camareras—ese burdo oasis de la galantería celtíbera—ponía con su pianola un murmullo placentero a todos los instantes. Sin embargo, ni aun así el progreso de la corte ha permitido que subsistiera. Cayó el café Suizo para trocarse en una finca de aire americano, y desde entonces lo tradicional fue menguando. Hoy la calle de Arlaban se ha convertido en esta hermosa vía, amplia, luminosa y limpia que es hermana digna de la de Sevilla, de la de Alcalá y de la de Nicolás María Rivero.



Calle Arlabán en 1928. La Concha estaba  entrando a la derecha  (Foto de La Esfera)
(El Heraldo  27/171928)

               En el mismo año de 1928 en La Esfera aparece un artículo de Julio Romano hablando de la calle Arlabán en términos parecidos al comentario anterior.

              "La calle de Arlaban fue en el siglo S-XVIII el callejón de los Gitanos.  Desde mediados del pasado siglo basta los umbrales de nuestros días, la callejuela de Arlabán—pues la categoría de calle la ha alcanzado hoy— fue refugio y atalaya de cómicos sin contrata, danzantes, sablistas, cantaores de lo fino, que sólo abrían su boca para pedir dinero, gente de la briba, intermediarios de asuntos más o menos honestos, flamencos, belitres y vendedores de baratijas, que hacían campo de sus maniobras el trozo de acera que partía desde el Café Inglés a la esquina del Suizo. La chusma de parásitos tenía allí su lonja, junto a la taberna de la Concha y el despacho de la plaza de toros era un tabuco de madera, en el que los días de corrida, junto al cartel policromo de la fiesta, se apelotonaba la afición, impidiendo el paso al transeúnte, que tenía que abrir una brecha a codazos entre la nube de vagos. Cayó el Suizo. Las calles de Sevilla y de Alcalá se embellecieron con modernísimas edificaciones de empaque europeo. Quedó rezagada y perdida entre las nuevas moles de cemento que se erguían junto a ella la calle de Arlabán, boquete donde pregonaban su humildad un puñado de casas vetustas. El derribo del edificio donde estaba instalado el Café Inglés, llenó de aire y de luz el castizo rincón y ha convertido al antiguo callejón de los Gitanos un una calle clara, luminosa y limpia."
(La Esfera 4/8/1928)

          El Café Inglés  estaba en la C/. Sevilla esquina con Arlabán nº 1; ya existía en 1873 y era un lugar muy frecuentado por toreros y disponía de varios reservados para encuentros íntimos. Se daban también muchos banquetes de homenaje  e incluso bodas como la del torero Manuel Mejías "El Papa Negro", fundador de la dinastía de los Bienvenida celebrada en 1911. Según Ángel del Río en su libro "Los viejos cafés de Madrid",  en 1905 el Real Madrid celebró su primera victoria en la Copa del Rey frente al  Athletic de Bilbao. En 1923 aún estaba abierto pero en 1927 ya había desaparecido.
Calle Sevilla en 1895. A la derecha entrada a la C/. Arlabán y Café Inglés


       



Calle Sevilla hacia  1930. El edificio en obras  es donde estaba el Café Inglés. A la derecha la Carrera de San Jerónimo

               José Lòpez Ruíz nos dice que, en la época del cuplé, ( en torno a 1900-1930) por la noche, "en Madrid  se podía ir a muchos sitios. uno de los más acreditados era la casa de La  Concha, en la calle de Arlabán. Era dicha casa, una taberna famosa por sus sopas de ajos y por ofrecer unas apetitosas cenas de madrugada. Sopas y cenas famosas, además de por sí mismas, por el nombre y renombre de sus consumidores. Pero, además de lo gastronómico, en la casa de la Concha se podía gustar de lo venusiano, servido este plato por agradables alternantes. Ni que decir tiene que, con estos ingredientes, los más necesarios para el ser humano, el local siempre estaba ahíto de libertinos, cocotrices y señoritos juerguistas, a más de algún que otro aristócrata deseoso de mezclarse con lo decadente y, en cierto modo, popular. Por debajo -en categoría- de la casa de la Concha, y también visitadas por aquella divina cochambre, estaban las tabernas del Barbas y Eladio. Y, muy por encima de aquella, las de Próculo y Pascual".  
               Aunque en esa fecha hay varias tabernas  conocidas como  el Barbas, creo que se refiere a la de la calle de. San Andrés. Eladio estaba en la calle Independencia, Próculo en la de Santa Clara y Pascual en la  de la Luna. De algunas de estas  escribiremos en próximas entradas de este blog.

               Rafael Cansinos-Asséns nos hace este retrato, no muy benévolo, de la taberna.

               "Nos lleva el coche a la vieja y sucia taberna de la calle Arlabán, donde, a esa hora de la madrugada, pulula un público denso y promiscuo de pecadoras, toreros, pelotaris y periodistas. Las paredes están decoradas con litografías chillonas, ya desteñidas por el humo, de carteles de toros; el suelo, de madera, aparece salpicado de vino y gargajos, y en los rincones la aprensión quizá me hace ver cucarachas, que se remueven torpemente. Los camareros son sucios y groseros. No me explico, sino por un sentimiento masoquista, el placer que puedan tener estos hombres en frecuentar estos antros ni que vengan aquí a arreglarse el estómago, cuando todo lo que les rodea infunde náuseas"


               En La Busca de Pío Baroja un personaje “propuso que fueran a cenar los dos a casa de la Concha, en la calle de Arlaban"

               De esta taberna nos habla también Díaz-Cañabate en el ABC de 5/1/1975:

          “Bastantes años en las noches del 5 al 6 de enero nos reuníamos para cenar unos cuantos amigos en una taberna, ya desaparecida, sita en la calle Arlabán, llamada la Concha, donde servían unas judías a la bretona de toda excelencia. A más de las judías no embaulábamos buena porción de callos a la madrileña. La sobremesa se prolongaba lo suyo, animada por vinillo valdepeñero.

               ¿Hasta cuando permaneció abierta esa taberna?

               En los Anuarios de 1820-30 vemos  como propietaria  a Concepción Vázquez (Concha).En 1944 aparece un anuncio en el ABC  en el que se vende “Magnífico mostrador taberna, dos servicios. Arlabán,. La Concha”. El mostrador que de vendía no sería el de la propia taberna  pues, años más tarde, en 1952, vemos también en el ABC, que en un sorteo del Anís del Mono,  le corresponde a “La Concha, Arlabán, 2 como premio un par de medias Vilma negras Nylon Dupont". ¡Que elegante iría doña Concha!.
(ABC-29/11/1952)
               Aunque más moderno, otro establecimiento muy conocido de la calle Arlabán fue El Cortijo, medio taberna medio colmado andaluz, que ya existía en 1930 en el nº 13 antiguo y en el 9 moderno. Debió heredar el despacho de billetes para los toros que había en la calle pues así aparece en un anuncio de 1967. Desapareció a finales e los  70 sustituido por una cafetería.     


El Cortijo taberna-colmao en Arlabán


              Otro establecimiento muy conocido no solo en el barrio sino en todo Madrid fue el de la perfumería Álvarez Gómez  que se establece en  la C/. Sevilla esquina con Arlabán en 1899. como vemos en las fotografías siguientes, era una tienda elegante y refinada.En el sótano se fabricaban los perfumes. .  Su lugar lo ocupa hoy un banco.




Exterior de Álvarez Gómez






Interior de Álvarez Gómez
Calle Arlabán en la actualidad. A la derecha vemos la esquina donde estaba la perfumería Álvarez  Gómez    (A.Pasies)            






BIBLIOGRAFÍA.-
Cansinos Assens, Rafael. La novela de un literato Vol-I
López Ruiz, J. Aquel Madrid del Cuplé
Hemeroteca Nacional
Hemeroteca ABC
Agradecimiento a María R. Giménez por su colaboración