viernes, 19 de diciembre de 2014

HUMANES. SAGA DE TABERNEROS MADRILEÑOS

HUMANES. SAGA DE TABERNEROS MADRILEÑOS

Ayer. a las diez de la mañana, ha dejado de existir
D. Eugenio Humanes García, a los cincuenta
y siete años. Su esposa e hijos ruegan a sus amigos
asistan a la conducción del cadáver, que tendrá
lugar hoy, a las cuatro y media, desde su domicilio, Embajadores,
61, a la Sacramental de San Lorenzo

               Esta esquela, publicada en "La Libertad" el 13 de febrero de 1920, nos daba noticia del fallecimiento de Eugenio Humanes, el fundador de una saga de taberneros con varias  tabernas famosas en Madrid. Vamos a hacer un recorrido por ellas.
               Antes de reformar la glorieta de  Embajadores, allá por los años 50 del pasado siglo, el  entonces nº 61 de la calle del mismo nombre hacía esquina con el nº 5 de la Ronda de Valencia. En esa casa había ya desde 1894 una taberna, primero a nombre de Victoriano Zapatero y en 1911 a  nombre de sus hijos. En 1920 el tabernero  era Eugenio Humanes el  que, como hemos visto, vivía en la misma casa. En años posteriores el local está a nombre de la viuda de Eugenio. Con la reforma de la plaza debió desaparecer la taberna.
               En la misma calle de Embajadores, un poco más abajo, en el número 85 por donde  hay ahora  una gasolinera, tenemos también documentada, en los años 1920-30, otra taberna a nombre de Eugenio Humanes. Este establecimiento  estaba junto a un abrevadero que había en la plaza de Santa María de la Cabeza, conocido como los Bebederos, a donde llevaban de madrugada, camino del matadero, a abrevar al ganado para que pesase mas. Supongo que, mientras los animales  se hinchaban de agua, los propietarios se tomarían alguna copita de aguardiente en la taberna de Humanes.
               De estas tabernas no hemos encontrado testimonios gráficos y apenas alguna referencia. En cambio, en las tres que vamos a comentar a continuación ya disponemos de documentación.

Taberna de Eugenio Humanes en C/. Embajadores, 80

               En la misma calle Embajadores,  en el número 80, abre Humanes  en 1911 otra taberna al frente de la cual se pone su hijo también  de nombre Eugenio, el cual tiene tres hijos: Eugenio, Antonio y Pepe. El primero  coge una taberna en la plaza de Lavapiés de la que hablaremos después y los otros dos hermanos se ponen al frente de la de Embajadores.

Taberna de Eugenio Humanes en Embajadores. Foto Pasies-Cecilia, 1985

                Era esta una de la más bonitas tabernas de Madrid, con un mostrador precioso con relieves representando escenas mitológicas, un lavavasos de estaño y un zócalo de madera con espejitos en la parte superior, bancos corridos, taburetes  y veladores de mármol. También la fachada era un tesoro, con sus puertas lacadas en rojo, sus cristales grabados semejando cortinillas, el rótulo y, entre las dos puertas, el reclamo: "Los mejores vinos finos de Valdepeñas blancos y tintos los expende este establecimiento". Era una historia viva de Madrid que se cargaron cuando el siglo XX tocaba a su fin.


Humanes cuando ya le quedaban pocos años de vida


Detalle del mostrador. Foto de Cecilia-Pasies, 1985

                Cuando la taberna desaparece el mostrador lo compra el cura Lezama, propietario de varios restaurantes como La Taberna del Alabardero o El Café de Oriente.. Sólo el estaño pesó 296 kilos.


En esta foto de los años 40 vemos a Pepe Humanes sirviendo a los clientes. El chato de moscatel a 0.15 pesetas

               Aunque no tenía cocina, en la taberna se podía disfrutar  de raciones de gallinejas, entresijos y otras que traían de  la freiduría que había unos metros más abajo. Gabino Domingo, el dueño de  este establecimiento y gran conocedor del barrio, nos relata el ambiente del local.
"Humanes era una joya popular, un lugar único donde el paso del tiempo iba dejando vivencias, gracia y simpatía, tanta que se salía por las puertas. Pepe Humanes, el dueño, recreaba nostálgicas melodías con los dedos de sus manos, deleitando a los sorprendidos parroquianos con esa música de los vasos que hacía sonar mientras los metía y sacaba del agua. Era un lugar lleno de historias de gentes de todas clases, desde curas a toreros, o amantes en busca de un rincón  oculto y tranquilo donde jurar amor eterno o mentir descaradamente aprovechando la penumbra; un lugar donde se oían los susurros y se ocultaban los gestos; donde el romance sonaba a música y las miradas traicioneras eran más fáciles de ocultar."


Pepe detrás del mostrador en 1984 . Foto Cecilia-Pasies
               Efectivamente, ver manejar los vasos a Pepe era un espectáculo y su arte de medir los chatos le hacían único.
               Personaje importante de esta taberna fue Arturo de la Fuente que entró  a trabajar en ella con 7 años -antes, a los cinco años vendía caramelos en el teatro María Guerrero- y estuvo sirviendo vino durante 62 años hasta el cierre de la taberna. Arturo, que afortunadamente aún vive, era un tabernero trabajador, simpático, zumbón, un tanto filósofo y un mucho de pícaro.
              La taberna desaparece en el año 2000 y su vecino Gabino la despide con nostalgia
              "La taberna de Humanes era la referencia del barrio por su solera, su estilo y sabiduría. En su interior quedará enterrado para siempre el arte y el pensamiento en este rincón castizo y singular junto a la Glorieta de Embajadores. Era como un centinela del pasado para recordar antiguos y sabrosos lugares que van desapareciendo lentamente de nuestra ciudad castiza. Pronto la piqueta tumbará la historia y perderemos para siempre una pieza del puzzle histórico de nuestro Madrid. Cuántas mantillas y peinetas pasaron por aquí, con chulo incluido a tomar una copa y oír la dulce música que con los vasos hacia sonar Pepe Humanes y los licores de hierbas en frascos que servía Arturo con su arte incomparable". 
Arturo y Pepe  sirviendo el  te y el aguardiente mañanero. Al fondo, los frascos de licores de hierbas  (Foto Santos Yubero, 1958)


Taberna de Humanes en la plaza de Lavapiés, 8


               Aunque visité esta taberna antes de su desaparición, sólo tengo recuerdos borrosos así que recurro a dos escritores para que nos cuenten cómo era la taberna.
Juan Antonio de Zunzunegui, en La vida como es, habla de este establecimiento, aunque  le cambia el nombre a tabernero
               "Acaban de dar las siete de la mañana cuando el señor Benito echó para arriba el cierre de sus taberna. Era a finales de enero y la mañana empezaba a precisarse sobre la linea desigual de los tejados. Pasaban por la plaza de Lavapiés  algunos obreros y menestrales a su trabajo. La vieja de los buñuelos,  porras y churros, armaba su volante puestecillo. La de los periódicos salmodiaba con intervalos: "La Corres... El Liberal...La Corres..."
               Se metió dentro mientras uno de los chicos barría la tarima de detrás del mostrador y acicalaba vasos y bandejas, y el otro fregaba las mesas  de mármol con jabón y lejía y quitaba el polvo a las banquetas y a los muros empapelados, el señor Benito pasó a enfrascar.
Yacían cuatro corambres en los tableros, una de ellas ya flácida. Empezó a trasegar vino del pellejo a la cacharra. cuando llenó la cacharra, que era de arroba, alineó en el suelo diez frascos. Eran de dos litros cortos los frascos, de modo que la arroba ocupaba nueve frascos y medio. Aspiró por la goma, y antes de que llegase el vino a los labios la embutió en el primer frasco; cuando se llenó la pasó al segundo..., y así rápidamente hasta el décimo.Luego repitió la operación.
               Era lo que se venía a beber diariamente en la taberna, salvo los domingos y días de fiesta, en que se bebían unos veinticinco frascos.
               (...) Luego colocaba los frascos con agua hasta el cuello, en una especie de dock con mucho fondo que formaba junto a la fuente el mostrador. De allí lo iban sacando a las frasquillas de litro, con las que se servían directamente los chatos.
               Se instaló tras el mostrador. Era de cinc, hermoso. En un extemo, junto a la puerta, llevaba el marchamo del constructor: un león arrogante con una pata sobre un disco, en el que se leía: "Florida, 26. Madrid" y a los pies de la fiera, en un cuadriculado: "Estañería Franco-Española. León Mechambre (El francés). Marca registrada"
               (...)La taberna abría sus puertas entre Tribulete y Sombrerete"



Lavapiés. A la derecha  estaba la taberna Humanes. Foto del libro "...de antes de la Guerra"



Año 1976. empieza el derribo del "Cuartelillo" y de la taberna de Humanes (FotoMadrid.com)

               En su recorrido por Madrid a principios de los años 50 Juan Antonio Cabezas llega a la plaza de Lavapiés y. "lo primero y lo indicado en estos casos es visitar una taberna, que por estos barrios también llaman `tasca`. No hay que buscar mucho. La encontramos a la derecha de la Plaza. Tiene hasta cuarenta distintos frascos de aguardientes con diferentes hierbas, alienados en un estante fuera del mostrador. También los hay con guindas, cortezas de limón y otros preparados. Son los frascos para la copita mañanera de obreros y artesanos, que antes de entrar al trabajo piden un té y una copita de hierbas, todo lo cual les costaba antes quince céntimos y ahora una peseta. Es la peseta con la que el trabajador entona sus músculos antes de subir al andamio, bajar a la zanja o empuñar las frías herramientas del taller."



Taberna Eugenio Humanes "El Titi" en C/. Calatrava, 11.-


               Poco antes del derribo del "Cuartelillo" y la desaparición de la taberna de Humanes, y después de pasar por la desgracia de la muerte de sus dos hijos en accidente de coche, Eugenio se hace cargo de la taberna de la calle Calatrava, 11. Una taberna antiquísima.

               En el diario de Avisos de Madrid del 3 de abril de 1840 aparece esta reseña que nos indica que ya en esa fecha  existía esta taberna, lo que nos permite asegurar que es una de las más antiguas (y mejor conservadas) de Madrid.




En el Anuario General del Comercio, de la Industria y de las Profesiones,  entre los años 1861-68,   la taberna está a nombre de Hilario Ruiz. En los años 1880-1887 el tabernero era Domingo Luiña  pasando a su hijo Ricardo  en 1907. En 1911 su propietario es Frutos Díaz y entre 1920-1950 José Redruello.Ya en 1961 es Amalio Parrondo quien regenta la taberna, para hacerse cargo de ella Eugenio Humanes, conocido por “el Titi”, en 1974 y que ya había tenido taberna en la plaza de Lavapiés nº 8

    La taberna conserva un  precioso mostrador de madera labrada en el que se ven representados racimos de uvas. Mantiene aún las lámparas de gas, una colección de medidores de vino, una saturadora y, como no, un antiguo reloj.  Tiene taburetes y bancos corridos y veladores de mármol


Vista de elegante mostrador (Foto Cecilia-Pasies, 1985)


Dani dispuesto a servir unos chatos después de haber interpretado una sinfonía con los vasos

               Cuando  Eugenio muere en 1983, la “Taberna del Titi”, como era conocida,  pasa a manos  de su empleado y alma del local Daniel  Iglesias (Dani), ejemplar tabernero y sin duda el último gran  “medidor” madrileño. Ayudado por su esposa, Argentina, hicieron de la taberna un lugar  de encuentro muy agradable y cordial. Con la muerte prematura de Dani, es su hijo, del mismo nombre, el que ha tomado el testigo con mucha ilusión y buen hacer. ¡Qué continué la  tradición!. 
Foto reciente de la visita del equipo rectoral  de la Universidad de UTRACA a Calatrava, 11 en su afán de investigar las esencias de Madrid
                                                                                           




BIBLIOGRAFÍA.-

Zunzunegui, J.A. "La vida tal como es"
Cabezas, Juan Antonio "Madrid"
Domingo, Gabino "Las Gallinejas"
Hemeroteca Nacional
Hemeroteca ABC


martes, 4 de noviembre de 2014

RECUERDO DE DOS TABERNITAS EN TIRSO DE MOLINA

RECUERDO DE DOS TABERNITAS EN TIRSO DE MOLINA

El 16 de Conde de Romanones.-

               En el número 16 actual de la calle  del Conde de Romanones (hasta 1899 calle de Barrionuevo), había una taberna muy antigua que perduró hasta finales  la década de los 80 del pasado siglo.
               Según su último dueño, poco hablador y sin derrochar simpatía, la taberna tenía 200 años. Como veremos era un poco exagerado, pero tampoco mucho.
                 La numeración de la calle  sufrió variaciones  a lo largo de los años. Así, según la Guía de Madrid de Fernández de los Ríos (1875), los números pares de la calle Barrionuevo llegaban hasta el nº 22; por tanto, la penúltima casa era el nº 20, que es el actual nº 16.
           En el nº 20 tenemos documentada una taberna ya en 1840 pero sin conocer el nombre del propietario
                En 1846 estaba a nombre de Juan Pardo; entre 1851-68  su propietario era Ildefonso López y en 1880 estaba regida por una tabernera: Cipriana Martín. En 1894, antes de cambiar el nombre de la calle,aparece a nombre de Nicolás Riesgo.
               Ya con el nuevo nombre de  Conde de Romanones y, en el nº 16, desde 1930-1961 tenemos la taberna a nombre de Macario Casamayor.

"Vinos" en Conde de Romanones, 16.  Al lado vemos una pequeña joyería tan típicas del Madrid antiguo
(Foto Cecilia- Pasies)

               El local era estrecho y alargado, con un precioso mostrador con azulejos  entrando a la derecha y al fondo un espacio oscuro y no demasiado limpio con unas pocas mesas y taburetes. Dada la poca colaboración del dueño, nada  pudimos sacar de la historia del establecimiento. De hecho  no nos dejó hacer ninguna foto del interior de la tasca y la que hicimos de la fachada fue casi de forma furtiva.
Recuerda Carlos Osorio  que no le gustaba que los clientes se sentasen en la taberna "no te permitía bajo ningún concepto que te sentaras "¿Qué, venimos de usar el pico y la pala? Pues entonces a levantarse, que en las tabernas se está de pie"". Amabilidad total.
Interior de la taberna con el tabernero y su madre cocinando los caracoles
               Tenia fama por los caracoles,  hasta el punto de ser conocida como "Los caracoles de Conde de Romanones"

Los caracoles listos para comer (Foto Santos Yubero)

Casa Paco en la plaza de Tirso de Molina.-

               Aunque el dueño  nos dijo en 1984 que la taberna se abrió en 1861, tenemos noticias de ella nada menos que desde 1842, en el número 10 de la plaza del Progreso (no tomó el nombre actual hasta 1939). Es posible que la taberna existiera antes de derribar el convento de la Merced (1840) que estaba enfrente.
          En el periodo de 1851-59 su propietaria era Luisa Martín. Entre 1880-1900 era de Luciano Macarrón; de 1930 al 1950 el tabernero era José Bruñó. La taberna fue lugar de encuentro de los vendedores del Rastro: buhoneros, gitanos, ropavejeros, etc.
               En esta casa se servían buenas tapitas para acompañar  al vino, siempre de Valdepeñas.


Encantadora fachada de "Casa Paco" con un rótulo poco afortunado (Foto: Cecila-Pasies, 1985)

               Como curiosidad diremos que en esta taberna se reunían y  citaban los charlatanes de todo el mundo (rusos, franceses, etc.). Paco, el tabernero, tenía un archivo de charlatanes lo que les permitía a estos intercambiarse noticias.A falta de Internet y móviles, el archivo de Paco.
               En la taberna había un  reloj antiguo, tan típico de las tabernas, y varios cuadros de distintos autores entre ellos el hijo del dueño. Cerró hacia 1990.
               Casualmente Paco hizo la mili con el dueño de la taberna de Conde de Romanones; parece que no hicieron buenas migas. No me extraña. 

Interior de Casa Paco con su bonito mostrador y su clientela del barrio

               Un recuerdo nostálgico para estas dos humildes y entrañables  tabernas por  las que pasaron varias generaciones de madrileños y que, como tantas otras, ya han desaparecido. En sus lugar nos encontramos dos tiendas regentadas por orientales.

BIBLIOGRAFÍA.-

- Hemeroteca Nacional
- Hemeroteca Municipal
- Fernández de los Ríos, A. "Guía de Madrid"

domingo, 21 de septiembre de 2014

CASA OLIVEROS




CASA OLIVEROS

Vamos a hablar hoy  de la Taberna Oliveros, sin duda una de las más antiguas, mejor conservadas y bonitas de Madrid.
        Aunque el dueño, Julio Oliveros, dice que  es de 1857 y así lo corrobora la placa dorada que el Ayuntamiento ha puesto en la acera junto al establecimiento, y además  es la fecha  de la construcción de la finca, nosotros tenemos documentada la taberna ya en 1854. Pocas tabernas de Madrid pueden presumir de una antigüedad así, aunque algunas son envejecidas por sus dueños sin ningún  documento que lo justifique .

      Anuncio  que nos confirma la existencia de la taberna en San  Millán, 4 en 1854             
 (Diario Oficial de Avisos de Madrid  del 19/7/1854)

Fachada actual de la taberna

              En 1861 su propietario era Ramón  Álvarez; entre 1868 y 1880  la regenta la familia Larrondo, primero José y después Manuel. Los siguientes propietarios fueron: Gabriel Fuentes (1900), Ricardo Rodríguez (1911) y, por último, y antes de pasar a la familia Oliveros, el tabernero era Domingo López (1920).
Precioso reclamo publicitario


José Manuel  Oliveros y Esperanza, su mujer
Cuando la madre de José Manuel Oliveros Fernádez estaba a punto de tener al niño, se trasladó desde  Santiago de Cerredo, en el Concejo de Tineo (Asturias),  a una pensión de la calle de la Cabeza en Madrid en donde, en marzo de 1888, nacería el fundador de la  dinastía Oliveros. El futuro tabernero trabajó como camarero en el  café Platerías, que estaba en la calle Mayor con puerta trasera a la plaza de los Herradores.

Oliveros compra la taberna  en 1921 por 10.000 pesetas. Primero era solo taberna y vivienda en el interior, pero el 2-2-1922, -a Oliveros le encantaban la fechas curiosas-, empieza a funcionar también como restaurante con el nombre de “Casa Manolín” para, posteriormente,  cambiar el nombre por el apellido del dueño.
Anuncio de Oliveros en 1924


Carta del Restaurante Oliveros en 1922. Libro de reclamaciones  en el mostrador. No se admiten propinas

José Manuel, casado con Esperanza García con la que tuvo  cinco hijos,  fallece en 1954, aunque en 1952 se hacen cargo de la taberna sus dos hijos varones, Antonio y Ángel Oliveros, que están al frente de ella hasta su jubilación en 1987. Poco antes se  había jubilado  Lucas, el camarero  que llevaba con ellos desde los 12 años. Después de unos años cerrada la reabre en  1999  Julio, el hijo de  Antonio, que sigue la tradición familiar.
Como curiosidad diremos que cuando algún cliente se iba sin despedirse, Lucas, con voz potente, decía "Hasta luego Lucas" poniendo en evidencia la mala educación del parroquiano. No puedo asegurar que  esa frase tan repetida aún en ahora, tenga su origen en esta taberna. Parece que Arniches ya la usó en alguna de sus obras.
Los padres de Julio,  Antonio y Rosa
Frente a la taberna había una antigua perfumería, Basanta, a la que Antonio acudía una y otra vez con le excusa de ir a por  cambio o a comprar cualquier cosa,  que no siempre era del todo necesaria. Pasado un tiempo Antonio se casó con Rosa, la dependienta de la tienda y, si la miramos en la siguiente foto, vemos que valió la pena cruzar la calle una y otra vez.

 En la taberna sólo se vendía vino de Valdepeñas del cosechero Manuel Ruiz Ruiz. Según información de Ángel Oliveros, "se consumían 5.000 arrobas de vino al año (unos 220  litros diarios, que no está mal), pero ahora  (1981) el bajón ha sido grande, muy acusado, tanto que sólo llegamos a las 1.800 y, por mantener la tradición, el rico mosto  valdepeñero seguimos trayéndolo en pellejos"


Reseña de Oliveros en ABC en 1978



Lucas, el legendario medidor de Casa Oliveros, en 1984 (Foto Pasies-Cecilia)

Tanto los azulejos de la fachada como los de dentro son originales hechos a mano,  aunque algunos del interior  son reciclados, de ahí que no todos sean iguales. Oliveros hizo quitar unos del centro de la fachada para  poner el  conocido anuncio de “Para comer bien y barato San Millán, 4". En este anuncio, hecho por el ceramista Fidel Blanco en 1921, aparece un orondo cocinero  cortando unas  grandes lonchas de jamón. Como anécdota diremos que en  los años 30, época en la que se pasaba mucha hambre,  la Guardia de Asalto mandó tapar con una madera al simpático cocinero para no provocar al personal. En el resto de la portada los azulejos, muy originales, reproducen racimos de uvas con rayas de tonos verdes y rojos. Por cierto, una noche  mientras los dueños dormían en el piso de arriba, oyeron unos ruidos: les estaban robando los azulejos de la fachada arrancándolos uno a uno. Se pudieron reponer, excepto uno, con los que quitaron  para hacer el anuncio

Interior de la taberna en 1984 (Foto Pasies-Cecilia)

Las paredes de la taberna y comedor están cubiertas hasta media altura por  azulejos con motivos geométricos, predominando los colores rojo y azul. Estos azulejos son difíciles de datar, aunque Julio asegura que pueden llevar ahí desde la fundación de la taberna.. Sobre la línea de azulejos  hay un pequeño espejo.
Elementos de interés en la taberna  son el reloj con incrustaciones de nácar, una preciosa caja registradora , que marcaba en dólares con un registro máximo de 9,9 y una saturadora para  producir agua de seltz que, ocasionalmente, aún funciona. Tiene también  varios relojes antiguos
Julio Oliveros, a la izquierda,  recibiendo, en 2008, la placa  del Ayuntamiento  que le distingue como Comercio Centenario

Con la reapertura de la taberna por Julio Oliveros , se cierra el comedor de arriba y  se habilita la cueva para poner mesas. En esta cueva es donde antes se guardaban los  pesados pellejos  de vino que los empleados del cosechero tenían que bajar por una escalerita pina y estrecha de madrugada para no interrumpir el tráfico.
Encantadora imagen de la taberna en la actualidad


             La taberna era frecuentada por  gente  del mundo del toro. Ángel Teruel, era cliente habitual de la taberna el torero; además, fue   vecino del barrio (habia nacido en el nº 7 de la calle del Ventorrillo, donde se rodó también la película sobre la vida de Lola Flores, "Lolita")
           Antonio Gala y Sancho Gracia también pasaban por aquí; a este último le esperaba  con ansiedad el  joven Julito por las buenas propinas que le dejaba.
           Otro  que visita la taberna, como cliente y como familiar, es Ramiro Oliveros,  hijo de Adela, una de las hijas de José Manuel  y casado con la hija de doña Concha Piquer.
Como curiosidad, diremos que  en octubre de 1929 la lotera de la calle de Toledo, 69 repartió por el barrio el premio “gordo” de la lotería de la Cruz Roja. A una peña con “domicilio social” en las tabernas  de los números 2 y 4 de San Millán  les cayó un buen pellizco. Algo les tocaría también a los taberneros.
En otros sorteos menores fue agraciada la taberna: en 1953 al camarero  Lucas de la Orden  le tocan...¡ un par de medias de nylon.!. Ya en fechas más recientes,   un importante premio de la lotería de Navidad también visitó la taberna.

Anécdota: Se presenta en Oliveros un señor un tanto engreido y, después de leer la Carta, dice que  no le gusta ninguno de los platos que le ofrecen. Acude José Manuel,  el tabernero:
- No se preocupe que le voy a preparar un plato para chuparse los dedos.
Entra en la cocina y con un cazo coge garbanzos, fabes y callos y  llena un plato con esta mezcla.. Cuando el cliente lo prueba se queda maravillado y le dice a Oliveros  que cómo es posible que un plato así no estuviese en la carta y le pregunta qué nombre tenía para pedirlo otra vez.
- Chabaza, le contesta el tabernero ante la risa de los otros parroquianos, pues con ese nombre se llama en algunos lugares de Asturias a la comida que se da a los cerdos. Por cierto, en el libro "Diccionario de madrileñismos" de Manuel Alvar, ya está registrada esta entrada como "Callos con garbanzos".
Además de la chabaza, ahora en Oliveros se puede degustar  un espléndido cocido, que hacen a diario,  los callos, el bacalao y típicos platos asturianos como la fabada y las fabes con almejas. Para acabar la faena, tenemos algunos  postre deliciosos y originales  como los paponzuelos, los frisuelos y el tocino del cielo.

El cocido, uno de los platos estrella de Oliveros

Delicioso postre. No hay más que verlo


BIBLIOGRAFÍA.-

-Establecimientos Tradicionales Madrileños (Tomo III)
- Hemeroteca Nacional
- Hemeroteca  Municipal
- Y, sobre todo, mi agradecimiento a Julio Oliveros sin cuya colaboración entra entrada hubiera quedado medio vacía.



lunes, 14 de julio de 2014

CALLE CONCEPCIÓN JERÓNIMA: EL MESÓN DE LOS HUEVOS Y SUS TABERNAS EN LA 2ª MITAD DEL S-XIX



CALLE CONCEPCIÓN JERÓNIMA: EL MESÓN DE LOS HUEVOS Y SUS TABERNAS EN LA 2ª MITAD DEL  S-XIX

          La tradicional  y familiar  calle de  Concepción Jerónima arranca de la calle Atocha y baja serpenteando hasta desembocar en la calle de Toledo. Calle antigua  y populosa,  ya aparece citada en el  Memorial de Pedro Tamayo  a Felipe II de 1590, en el  manuscrito  nº 5819 de la BNE y la vemos en el plano de Texeira.de 1656 aunque el tramo que va desde Atocha a la actual calle del Conde de Romanones , la llamaba Barrionuevo.

            Esta calle debe su nombre al convento de  Concepción Jerónima fundado  en 1506  por Beatríz Galindo (La Latina) que desapareció en 1890 abriéndose  la calle del Duque de Rivas.

FIG. 1.- Calle Concepción Jerónima con la numeración actual que varía algo respecto a  la del siglo XI

              Camino natural desde la calle Atocha a Puerta Cerrada, las Cavas y la calle de Segovia,  fue siempre  una vía muy transitada llena de comercios y, como veremos, de tabernas.aunque el establecimiento más famoso e importante de la calle fue el Mesón, Posada o Parador de los Huevos, que de las tres maneras era conocido. 



Mesón de los Huevos: 300 años de existencia


               Citado  ya por Pedro Tamayo en 1590, estuvo abierto hasta 1870 casi ... ¡300! años. Nos sería difícil encontrar un establecimiento del tipo  que fuera con una vida tan larga. Estaba situado en el nº 15 de la calle  donde ahora se halla la Imprenta Municipal.  Según la Planimetría de mediados del XVIII, era el nº 16 de la manzana 160 y ocupaba un extenso solar de forma irregular de más de 1115 metros cuadrados con fachada a la calle de casi 20 metros.


              Vamos a hacer un repaso cronológico sobre este Mesón:  Deleito y  Piñuela en "Sólo Madrid es Corte", hablando de mesones  el el Siglo de Oro, dice que  "el de los Huevos, cuya existencia consta documentalmente desde 1639". Como apuntamos antes,  ya existía al menos  50 años antes de esta fecha. En el tomo II de "El Madrid de Velázquez y Calderón", interesante obra de Julio Vidaurre, cita también al Mesón pero lo sitúa, de forma equivocada,  en la acera de los pares de la calle.
               Miguel  Herrero García , en su  libro “Madrid en el teatro” , no habla de este mesón, citado en esta poesía de “Migajas del ingenio
En el Corral de la Cruz
estamos, que un mosquetero
conozco allí que está mal
con el mesón de los Huevos

              Y en varias citas  que encuentra el autor en  documentos de la Sala de alcaldes.
“Entre los documentos de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte hallo cuatro, por lo menos, que atañen a este mesón. En 1639 suena por primera vez, mandando al dueño del mesón no le alquilase a soldadode la guardia ni a persona que gozase fuero. En 1701 se prohibió que se vendiesen huevos en el mismo mesón, es decir, que los recoveros que allí los traían debían venderlos a los traficantes de la villa, que pagaban licencia por sus puestos de la plaza. En 1729 se mandó que se quitase el guarda que allí ponían los administradores para impedir la venta de pollos y gallinas. En 1741 se concedieron licencias para vender huevos en el mesón de su nombre”.



         En 1740 vemos en manuscritos del AHN que el mesón estaba a nombre de Francisco Peláez y según el periódico “Mercurio histórico y político" de Abril de 1767, si queremos encontrar un determinado libro "se hallará en la Librería de Pedro Sánchez Pardo, calle de la Concepción Geronyrna, frente del Mesón de los Huevos". Pocos años después, entre 1770-79 el mesonero es Juan Antonio de Castro según documentos hallados en el AVM.




FIG-2.-. Parecido a este debió ser el Mesón de los Huevos





                                            FIG-3.-  "Mesón de los Guebos" de Leonardo Alenza 
                                                 (Imagen sacada del blog "Caminandopormadrid" de Carlos Osorio )



               En la prensa madrileña aparecen muchos anuncios referidos al Mesón. Hemos seleccionados unos pocos curiosos que nos permiten ver las múltiples actividades  que tenía el establecimiento.

 "Ha llegado al mesón de los Huevos Pedro de Arce con una partida de hilo de León, delgado , y de distintas calidades : lo vende por mayor y por menor, y a precios equitativos"
Diario Curioso-25/9/1786

"Manuel Sánchez , el choricero, ha llegado al mesón de los Huevos con una partida de chorizos de superior calidad, los quedará con equidad."
Diario de Madrid -1/10/1794

"Quien supiere de una mula negra , alta de lomo , en pelo, que se extravió en la mañana del día 24 del corriente, en la Plaza mayor, la entregará en el Mesón de los Huevos, al mozo de paja y cebada , quien dará el hallazgo"
Diario de Madrid-30/8/1802

"Quien se haya encontrado una mantilla negra (…) se sirva entregarla a la modista que vive calle de la Concepción Gerónima , inmediata al mesón de los Huevos"
Diario de Madrid- 8/1/1810

"En la calle de la Concepción Gerónima, mesón de los Huevos, se halla la GALERA de Zamora, la que saldrá á la mayor brevedad; admite asientos y arrobas para Arévalo, Medina, Toro y su carrera aprecios arreglados: el mozo de dicho mesón darán razón."
Diario de Avisos-23/11/1846

"En el parador de los Huevos, calle de la Concepción Gerónima, número 15, hay exquisitas  truchas del Barco  de Ávila, son asalmonadas el que quiera ver cosa buena  y arreglada, que no tenga pereza y vaya a escape si ha de probarlas"
Diario Oficial de Avisos-12/8/1849

"Al mesón de los Huevos,calle de la Concepción Gerónima, cuarto número 12, acaba de llegar un surtido de turrones de Alicante, Jijona, de nieve, canela, ruedas de Vitoria, de perada, jalea, melocotón, membrillo y tarros de almíbar y turrones en barra. Todo de superior calidad, como lo tiene acreditado en los años anteriores."
Diario Oficial de Avisos-17/12/1854

"Acaba de llegar al parador de los Huevos un gran surtido de chorizos y embutidos extremeños de el propio Montanchez; lo que se pone en conocimiento de los amigos y demás personas que  gusten  tomar dicho surtido: se espenden con equidad"
Diario Oficial de Avisos-3/5/1861

                  Con el siguiente anuncio comprobamos que el Mesón seguía funcionando en 1867.

"En el mesón de los Huevos se vende un caballo negro, de tres dedos, andaluz, de siete años: se irá arreglado."
Diario Oficial de Avisos-15/6/1867

                Y en los que copiamos a continuación, vemos que en 1870, y después de una  larguísima vida, ya estaba cerrado.

"Agustín Torremocha y Juan Carrasco, vecinos de Montanchez, acaban de llegar á esta corte con los exquisitos embutidos y ricos jamones de cerdo que ya tienen acreditado en años anteriores. Con motivo de haberse cerrado el parador de los Huevos, se hallan en la Cava Baja, posada del Dragón, cuartos números 22 y 30"
Diario Oficial de Avisos-25/3/1870

"Acaba  de llegar el  acreditado turrón legítimo de Jijona de todas clases; peladillas, piñones, anises y avellanas. Dichos géneros son de primera; hasta ahora se han expedido en Concepción Gerónima, posada de los Huevos; y este año se expenden en la misma calle, núm. 7, portal de Marquina, a nombre del mismo que hace diez y seis años, José Arques."
Diario Oficial de Avisos-11/12/1870

     Como anécdota curiosa diremos que el  Marquina al que se refiere el párrafo anterior, es José de Marquina gran amigote de Godoy hasta el punto que, cuando cayó el Ministro, fue asaltada su casa en el nº 7  de la calle y estuvieron a punto de cortarle el pescuezo. Como  corregidor  de Madrid (1805-1808)  mandó quitar todas las cruces que había en la vía pública; algunas, sin embargo, se mantuvieron como la de Puerta Cerrada sobre la cual se colocó un cartel que decía:

¡Oh, cruz fiel!
     ¡Oh, cruz divina!
que triunfaste
           del pérfido Marquina



FIG- 4.- En el lugar que ocupa la Imprenta Municipal, junto a la tienda de D. Restituto, estuvo el Mesón de los Huevos (Foto  años 30 . Fuente: Ayuntamiento de Madrid)



               Richard Ford  en su “Manual para viajeros”  (hacia 1844) cita al Mesón "Hay algo parecido a un coche que va a Ávila y sale del Mesón de los Huevos, calle de la Concepción Jerónima". 

              Tambien Galdós  lo nombra en varias ocasiones: así en “De Oñate a la Granja” escribe: "Convino en ello Fernando, y eligió la fonda de Genieys. Designó esta casa, como hubiera designado la Posada del Peine o el Parador de los Huevos"

               Y en "Bodas Reales " habla de varios mesones: "El mesón de los Huevos, en la Concepción Jerónima; los del Soldado y la Herradura, los de la Torrecilla y de Ursola, en la calle de Toledo; el de la Maragatería "

Tabernas.-

               Pasamos a hablar de las tabernas.Ya en  el siglo XVII tenemos documentadas varias   como la de  Isabel Polo en 1618  (quizás  esta tabernera le sirvió algún chatito al pintor Velázquez, vecino de la calle ) y Antonio García en 1699. Aunque nos vamos a centrar en las tascas de la segunda mitad del  siglo XIX, no quiero dejar de mencionar la Bodega del convento de Santo Tomás  y que, según Peñasco y Cambronero, "en competencia con los órganos de Móstoles, servida por tres legos que pulsaban, a gusto del consumidor,  ya el órgano del tinto, ya del moscatel, ya del pardillo, hasta que una visita  girada por el General de la Orden de Santo Domingo, fue suprimida la bodega pública". En 1827 aún estaba abierta frente a la calle Barrionuevo (actual Conde de Romanones) en la trasera del convento.


               En su "Guía de Madrid" de 1876, Fernández de los Ríos dice que "con objeto de expender el vino hicieron los frailes  la bodega que existe en el ángulo frente  a Barrio Nuevo (...)  a los bebedores se les servían  de sifones,  sobre los cuales se leía : tinto, con limón, moscatel, pardillo, blanco. Llamaba a estos sifones órganos, por ser copia del que tan famoso se hizo en Móstoles". Según el autor de este comentario, parece que esta taberna aún existía en 1876 y que estaba en la rinconada  de la calle,que corresponde al  nº 6 actual, aunque Répide  dice que estaba en el nº 8, donde después se construyó el Coliseo Imperial.

               En cuanto al órgano de Móstoles diremos que se refiere a uno que  regaló al municipio Felipe II  y que Luis Zapata (1526-1595), cronista de la época,  decía  que  "El mayor órgano es el de Móstoles, que tiene 21 diferencias admirables, lo ordinario, aflautado, orlas, dulzainas, trompetillas, pajarillos y aún voces humanas, vihuelas, áreas temblantes, tamboriles, cornetas y chirimías"


               Veamos la relación de tabernas que había en la calle  en la segunda mitad del siglo XIX,  con el  nombre de los propietarios  si los conocemos (si no conocemos este dato aparece como SN) y el  año en que las  tenemos documentadas, aunque  podrían estar abiertas varios años antes o después del año indicado.

FIG-5.- Tabernas en Concepción Jerónima  en la segunda mitad del XIX

          En el nº 1     Rafael Otero en 1880
          En el nº 2     Carlos Clarós  entre 1894-1900. Sobre esta taberna hablamos más adelante
          En el nº 4     José Mª Billoria  en1894
          En el nº 6     Salvador Furias. Taberna "El Sotanillo" entre 1844-1850. Después comentamos algo                              de ella
                             Taberna "El Sotanillo"  en 1876.  
          En el nº 7     Antonio Fernández  en 1880
                              Roque García en 1887
          En el nº 8     Francisco Berdeguer en 1880
          En el nº 9     José Rodríguez en 1868
          En el nº 16   Juan Mato en 1894
          En el nº 19   Benito Nagoles en 1900. 
          En el nº 20   Antonio González en 1894
          En el nº 25   Antonia López  en 1851
                              SN. esquina al callejón en  1859. En este lugar vivió Diego Velázquez
                              SN en 1873
                              Ramón García en 1895
                              Martín Vara en 1900





FIG. 6.- En el nº 25 -antes  el nº 11 de la manzana 160  y ahora  el  nº 21-,  hubo taberna  durante muchos años. Anteriormente vivió aquí  Velázquez hasta que  pasó a vivir  en la Casa del Tesoro,  junto al Alcázar . Es posible que el dintel y las jambas de la puerta sean de la época del pintor (Foto del Autor)
            
          En el nº 27    SN en 1852
          En el nº 31    SN en  1859
          En el nº 37    SN en  1848
                              SN en   1863
                              Tomás Sánchez  en 1880
          En el nº 41   SN en  1870
          En el nº 43   Tomás Sánchez en 1890
                              Andrés García en  1900

               ¡¡ Dieciséis.tabernas y un mesón!!. Vaya chollo para los vecinos de la época que les gustase visitar las parroquias de Baco. Claro que a medio recorrido, si no se saltaban alguna, más que visita sería un Vía Crucis. Pero dichosos ellos que tenían donde elegir porque ahora no queda ni una. Requiescat in pace

Taberna "El Sotanillo".-
               Como hemos visto, estaba en el nº 6 de la calle, frente a la actual  calle del Conde de Romanones, más o menos por donde la Bodega de Santo Tomás. Una noticia en "El País" en 1908 nos aporta más datos sobre la taberna y su peculiar dueño.
FIG. 7.-En esta rinconada, nº 6 de la calle, estuvo la famosa taberna "El Sotanillo" (Foto del Autor)

           "El «Sotanillo» era una taberna, que estaba en la Concepción Jerónima, en una casa vieja, en la planta baja, más baja que la calle, de aquí el nombre, cuando la calle de Romanones era estrechísima y se llamaba de Barrionuevo. Era célebre el «Sotanillo» por las chuletas, asadas a la misma puerta del establecimiento, en unas grandes parrillas.

FIG. 8.- Conde de Romanones esquina Concepción Jerónima. Aquí estuvo el "Nuevo Sotanillo" y sus famosas chuletas (Foto de Autor)
             Tirada media calle de Romanones, a ella se trasladó el dueño del «Sotanillo», que, en una más desahogada tienda, seguía vendiendo las famosas chuletas. Suárez, el dueño del «Sotanillo Nuevo», era un hombre apopléjico, rico en sangre y en dinero. Falleció anteayer repentinamente, en un café de la Puerta del Sol. Se llamaba Leonardo Suárez, era asturiano y tenía setenta y tres años. Llevaba encima, siguiendo una vieja costumbre de toda su vida, una fortuna: dos pesetas veinte céntimos en calderilla, 6.232 en plata y billetes del Banco, un resguardo de treinta mil duros, otro resguardo de diez mil y otro de ciento diez mil pesetas. Los que practicaron el registro en el cadáver quedaron absortos."
          No nos extraña la sorpresa de los funcionarios al descubrir ese fortunón en los bolsillos del tabernero. Efectivamente, en 1894 Leonardo Suárez tiene taberna en el nº 2 de la  calle Barrionuevo (en 1899 pasa a llamarse calle del Conde de Romanones) esquina con Concepción Jerónima. Por aquí va Fortunata según nos cuenta Galdós  "En la calle Barrionuevo (...) Fortunata sigue y pasa junto a la taberna en cuya puerta está la parrilla de asar chuletas, y debajo el enorme hogar lleno de fuego" 
              Con la muerte de Leonardo Suárez  la taberna pasa a manos de la familia Rosón que mantendrá  la fama de sus chuletas hasta mediados del siglo XX. Pero esta es otra historia.

Casa Nicolás.-
               Vamos ahora a hablar un poco de la  fue la última taberna de esta calle. Estaba en el nº 2.  Fundada por un sereno a finales del siglo XIX. por lo que era conocida como la "Taberna del Sereno". Recuerdo un delicioso cuadrito de estaño representando a un sereno que conservaban de la época del fundador y que podemos ver en la figura 9. Tenía un zócalo de azulejos, bancos corrridos con taburetes y veladores de mármol. Era muy frecuentada por los artistas del teatro Calderón.
               Como ya hemos apuntado, en 1894 su propietario (seguramente el sereno) era Carlos Clarós; entre 1911 y 1920 estuvo a nombre de Félix Martínez. En 1930 y  hasta 1961  en los Anuarios está a nombre de la familia Menéndez por lo que era conocida como Casa Menéndez aunque desde 1944 su propietario era  Nicolás Vicente; de ahí el nombre posterior de  de Casa Nicolás. En 1984  estaba al frente del local el hijo del anterior, Juan. La taberna cerró  hacia a finales del pasado siglo. ahora es una tienda de ropa.
FIG. 9.- Casa Nicolás en el nº 2 de la calle en 1984  (Foto Cecilia-Pasies)






FIG. 10.- El propietario  Juan y un castizo cliente en 1984  (Foto Cecilia-Pasies)

               Un hecho luctuoso ocurrió en esta taberna que conmocionó al barrio. Nicolás Vicente daba comidas en el altillo del local  pero al no tener licencia para la extracción de humos, se asustó  ante una eminente inspección y se quitó la vida en la taberna. En la figura 8  vemos que donde ponía "comidas" debajo de "vinos y", está borrado.


FIG. 10.- Detalle del mostrador y arranque de la escalera  que llevaba al comedor (Foto Cecilia- Pasies)

FIG. 11.- Aquí estuvo la taberna "Casa Nicolás" hasta finales del pasado siglo (Foto del Autor)

BIBLIOGRAFÍA..-

Además de las obras citadas, hemos consultado documentos en:
AHN .- Archivo Histórico Nacional
AVM .- Archivo de la villa de Madrid
Hemeroteca Nacional