RECUERDO DE DOS TABERNITAS EN TIRSO DE MOLINA
El 16 de Conde de Romanones.-
Según su último dueño, poco hablador y sin derrochar simpatía, la taberna tenía 200 años. Como veremos era un poco exagerado, pero tampoco mucho.
La numeración de la calle sufrió variaciones a lo largo de los años. Así, según la Guía de Madrid de Fernández de los Ríos (1875), los números pares de la calle Barrionuevo llegaban hasta el nº 22; por tanto, la penúltima casa era el nº 20, que es el actual nº 16.
En el nº 20 tenemos documentada una taberna ya en 1840 pero sin conocer el nombre del propietario
En 1846 estaba a nombre de Juan Pardo; entre 1851-68 su propietario era Ildefonso López y en 1880 estaba regida por una tabernera: Cipriana Martín. En 1894, antes de cambiar el nombre de la calle,aparece a nombre de Nicolás Riesgo.
Ya con el nuevo nombre de Conde de Romanones y, en el nº 16, desde 1930-1961 tenemos la taberna a nombre de Macario Casamayor.
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El local era estrecho y alargado, con un precioso mostrador con azulejos entrando a la derecha y al fondo un espacio oscuro y no demasiado limpio con unas pocas mesas y taburetes. Dada la poca colaboración del dueño, nada pudimos sacar de la historia del establecimiento. De hecho no nos dejó hacer ninguna foto del interior de la tasca y la que hicimos de la fachada fue casi de forma furtiva.
Recuerda Carlos Osorio que no le gustaba que los clientes se sentasen en la taberna "no te permitía bajo ningún concepto que te sentaras "¿Qué, venimos de usar el pico y la pala? Pues entonces a levantarse, que en las tabernas se está de pie"". Amabilidad total.
Recuerda Carlos Osorio que no le gustaba que los clientes se sentasen en la taberna "no te permitía bajo ningún concepto que te sentaras "¿Qué, venimos de usar el pico y la pala? Pues entonces a levantarse, que en las tabernas se está de pie"". Amabilidad total.
Interior de la taberna con el tabernero y su madre cocinando los caracoles |
Los caracoles listos para comer (Foto Santos Yubero) |
Casa Paco en la plaza de Tirso de Molina.-
Aunque el dueño nos dijo en 1984 que la taberna se abrió en 1861, tenemos noticias de ella nada menos que desde 1842, en el número 10 de la plaza del Progreso (no tomó el nombre actual hasta 1939). Es posible que la taberna existiera antes de derribar el convento de la Merced (1840) que estaba enfrente.
En el periodo de 1851-59 su propietaria era Luisa Martín. Entre 1880-1900 era de Luciano Macarrón; de 1930 al 1950 el tabernero era José Bruñó. La taberna fue lugar de encuentro de los vendedores del Rastro: buhoneros, gitanos, ropavejeros, etc.
En el periodo de 1851-59 su propietaria era Luisa Martín. Entre 1880-1900 era de Luciano Macarrón; de 1930 al 1950 el tabernero era José Bruñó. La taberna fue lugar de encuentro de los vendedores del Rastro: buhoneros, gitanos, ropavejeros, etc.
En esta casa se servían buenas tapitas para acompañar al vino, siempre de Valdepeñas.
Como curiosidad diremos que en esta taberna se reunían y citaban los charlatanes de todo el mundo (rusos, franceses, etc.). Paco, el tabernero, tenía un archivo de charlatanes lo que les permitía a estos intercambiarse noticias.A falta de Internet y móviles, el archivo de Paco.
En la taberna había un reloj antiguo, tan típico de las tabernas, y varios cuadros de distintos autores entre ellos el hijo del dueño. Cerró hacia 1990.
Casualmente Paco hizo la mili con el dueño de la taberna de Conde de Romanones; parece que no hicieron buenas migas. No me extraña.
Interior de Casa Paco con su bonito mostrador y su clientela del barrio |
Un recuerdo nostálgico para estas dos humildes y entrañables tabernas por las que pasaron varias generaciones de madrileños y que, como tantas otras, ya han desaparecido. En sus lugar nos encontramos dos tiendas regentadas por orientales.
BIBLIOGRAFÍA.-
- Hemeroteca Nacional
- Hemeroteca Municipal
- Fernández de los Ríos, A. "Guía de Madrid"
- Fernández de los Ríos, A. "Guía de Madrid"
Excelente reportaje arqueotabernario! Recuerdo vivamente la taberna de los caracoles, le llamábamos el rápido, porque antes de que entraras por la puerta ya te había servido el vino. Removía nerviosamente los caracoles en el cazo para ver si picabas (en la doble acepción de picar), y no te permitía bajo ningún concepto que te sentaras "¿Qué, venimos de usar el pico y la pala? Pues entonces a levantarse, que en las tabernas se está de pie" Algo así decía este individuo que pasará a la historia del anti-márketing. Saludos!
ResponderEliminarGracias Carlos. Con tu permiso, voy a introducir la anécdota que cuentas en mi entrada del blog sobre la taberna de "Los caracoles". Espero poder leer pronto tu libro sobre las iglesias.;seguro que será un exitazo. Un abrazo.
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