CASA OLIVEROS
Vamos a hablar hoy de la Taberna Oliveros, sin duda una de las más antiguas, mejor conservadas y bonitas de
Madrid.
Aunque el dueño, Julio Oliveros, dice que
es de 1857 y así lo corrobora la placa dorada que el Ayuntamiento ha
puesto en la acera junto al establecimiento, y además es la fecha
de la construcción de la finca, nosotros tenemos documentada la taberna ya
en 1854. Pocas tabernas de Madrid pueden presumir de una antigüedad así, aunque
algunas son envejecidas por sus dueños sin ningún
documento que lo justifique .
Anuncio que nos confirma la existencia de la taberna en San Millán, 4 en 1854 (Diario Oficial de Avisos de Madrid del 19/7/1854) |
Fachada actual de la taberna |
En 1861 su propietario era Ramón Álvarez; entre 1868 y 1880 la regenta la familia Larrondo, primero José
y después Manuel. Los siguientes
propietarios fueron: Gabriel Fuentes (1900), Ricardo Rodríguez (1911) y, por último, y antes de pasar a la familia Oliveros, el tabernero era Domingo López (1920).
Precioso reclamo publicitario |
José Manuel Oliveros y Esperanza, su mujer |
Oliveros compra la taberna en 1921 por 10.000 pesetas. Primero era solo taberna y vivienda en el interior, pero el 2-2-1922, -a Oliveros le encantaban la fechas curiosas-, empieza a funcionar también como restaurante con el nombre de “Casa Manolín” para, posteriormente, cambiar el nombre por el apellido del dueño.
Carta del Restaurante Oliveros en 1922. Libro de reclamaciones en el mostrador. No se admiten propinas |
José Manuel, casado con Esperanza García con la que tuvo cinco hijos, fallece en 1954, aunque en 1952 se hacen cargo de la taberna sus dos hijos varones, Antonio y Ángel Oliveros, que están al frente de ella hasta su jubilación en 1987. Poco antes se había jubilado Lucas, el camarero que llevaba con
ellos desde los 12 años. Después de unos años cerrada la reabre en 1999 Julio, el hijo de Antonio, que sigue la tradición familiar.
Como curiosidad diremos que cuando algún cliente se iba sin despedirse, Lucas, con voz potente, decía "Hasta luego Lucas" poniendo en evidencia la mala educación del parroquiano. No puedo asegurar que esa frase tan repetida aún en ahora, tenga su origen en esta taberna. Parece que Arniches ya la usó en alguna de sus obras.
Frente a la taberna había una antigua perfumería, Basanta, a la que Antonio acudía una y otra vez con le excusa de ir a por cambio o a comprar cualquier cosa, que no siempre era del todo necesaria. Pasado un tiempo Antonio se casó con Rosa, la dependienta de la tienda y, si la miramos en la siguiente foto, vemos que valió la pena cruzar la calle una y otra vez.
Como curiosidad diremos que cuando algún cliente se iba sin despedirse, Lucas, con voz potente, decía "Hasta luego Lucas" poniendo en evidencia la mala educación del parroquiano. No puedo asegurar que esa frase tan repetida aún en ahora, tenga su origen en esta taberna. Parece que Arniches ya la usó en alguna de sus obras.
Los padres de Julio, Antonio y Rosa |
Reseña de Oliveros en ABC en 1978 |
Lucas, el legendario medidor de Casa Oliveros, en 1984 (Foto Pasies-Cecilia) |
Tanto los
azulejos de la fachada como los de dentro son originales hechos a mano, aunque algunos del interior son reciclados, de ahí que no todos sean iguales. Oliveros hizo quitar unos del centro de
la fachada para poner el conocido anuncio de “Para comer bien y barato
San Millán, 4". En este anuncio, hecho por el ceramista Fidel Blanco en 1921, aparece un orondo cocinero cortando unas
grandes lonchas de jamón. Como anécdota diremos que en los años 30, época en la que se pasaba mucha
hambre, la Guardia de Asalto mandó tapar con una madera al
simpático cocinero para no provocar al personal. En el resto de la portada los azulejos, muy originales, reproducen racimos de uvas con
rayas de tonos verdes y rojos. Por cierto, una noche mientras los dueños dormían en el piso de arriba, oyeron unos ruidos: les estaban robando los azulejos de la fachada arrancándolos uno a uno. Se pudieron reponer, excepto uno, con los que quitaron para hacer el anuncio
Interior de la taberna en 1984 (Foto Pasies-Cecilia) |
Las paredes de
la taberna y comedor están cubiertas hasta media altura por azulejos con motivos geométricos, predominando
los colores rojo y azul. Estos azulejos son difíciles de datar, aunque Julio asegura que pueden llevar ahí desde la fundación de la taberna.. Sobre la línea de azulejos hay un pequeño espejo.
Elementos de
interés en la taberna son el reloj con
incrustaciones de nácar, una preciosa caja registradora , que marcaba en dólares con un registro máximo
de 9,9 y una saturadora para producir agua de seltz que, ocasionalmente, aún funciona. Tiene también varios relojes antiguos
Julio Oliveros, a la izquierda, recibiendo, en 2008, la placa del Ayuntamiento que le distingue como Comercio Centenario
|
Encantadora imagen de la taberna en la actualidad
|
La taberna era frecuentada por gente del mundo del toro. Ángel Teruel, era cliente habitual de la taberna el torero; además, fue vecino del barrio (habia nacido en el nº 7 de la calle del Ventorrillo, donde se rodó también la película sobre la vida de Lola Flores, "Lolita")
Antonio Gala y Sancho Gracia también pasaban por aquí; a este último le esperaba con ansiedad el joven Julito por las buenas propinas que le dejaba.
Otro que visita la taberna, como cliente y como familiar, es Ramiro Oliveros, hijo de Adela, una de las hijas de José Manuel y casado con la hija de doña Concha Piquer.
Antonio Gala y Sancho Gracia también pasaban por aquí; a este último le esperaba con ansiedad el joven Julito por las buenas propinas que le dejaba.
Otro que visita la taberna, como cliente y como familiar, es Ramiro Oliveros, hijo de Adela, una de las hijas de José Manuel y casado con la hija de doña Concha Piquer.
Como
curiosidad, diremos que en octubre de 1929 la lotera de la calle de Toledo, 69
repartió por el barrio el premio “gordo” de la lotería de la Cruz Roja. A una
peña con “domicilio social” en las tabernas de los números 2 y 4 de San Millán les cayó un buen pellizco. Algo les tocaría
también a los taberneros.
En otros sorteos menores fue agraciada la taberna: en 1953 al camarero Lucas de la Orden le tocan...¡ un par de medias de nylon.!. Ya en fechas más recientes, un importante premio de la lotería de Navidad también visitó la taberna.
Anécdota: Se presenta en Oliveros un señor un tanto engreido y, después de leer la Carta, dice que no le gusta ninguno de los platos que le ofrecen. Acude José Manuel, el tabernero:
- No se preocupe que le voy a preparar un plato para chuparse los dedos.
Entra en la cocina y con un cazo coge garbanzos, fabes y callos y llena un plato con esta mezcla.. Cuando el cliente lo prueba se queda maravillado y le dice a Oliveros que cómo es posible que un plato así no estuviese en la carta y le pregunta qué nombre tenía para pedirlo otra vez.
- Chabaza, le contesta el tabernero ante la risa de los otros parroquianos, pues con ese nombre se llama en algunos lugares de Asturias a la comida que se da a los cerdos. Por cierto, en el libro "Diccionario de madrileñismos" de Manuel Alvar, ya está registrada esta entrada como "Callos con garbanzos".
Además de la chabaza, ahora en Oliveros se puede degustar un espléndido cocido, que hacen a diario, los callos, el bacalao y típicos platos asturianos como la fabada y las fabes con almejas. Para acabar la faena, tenemos algunos postre deliciosos y originales como los paponzuelos, los frisuelos y el tocino del cielo.
BIBLIOGRAFÍA.-
-Establecimientos Tradicionales Madrileños (Tomo III)
- Hemeroteca Nacional
- Hemeroteca Municipal
- Y, sobre todo, mi agradecimiento a Julio Oliveros sin cuya colaboración entra entrada hubiera quedado medio vacía.
En otros sorteos menores fue agraciada la taberna: en 1953 al camarero Lucas de la Orden le tocan...¡ un par de medias de nylon.!. Ya en fechas más recientes, un importante premio de la lotería de Navidad también visitó la taberna.
Anécdota: Se presenta en Oliveros un señor un tanto engreido y, después de leer la Carta, dice que no le gusta ninguno de los platos que le ofrecen. Acude José Manuel, el tabernero:
- No se preocupe que le voy a preparar un plato para chuparse los dedos.
Entra en la cocina y con un cazo coge garbanzos, fabes y callos y llena un plato con esta mezcla.. Cuando el cliente lo prueba se queda maravillado y le dice a Oliveros que cómo es posible que un plato así no estuviese en la carta y le pregunta qué nombre tenía para pedirlo otra vez.
- Chabaza, le contesta el tabernero ante la risa de los otros parroquianos, pues con ese nombre se llama en algunos lugares de Asturias a la comida que se da a los cerdos. Por cierto, en el libro "Diccionario de madrileñismos" de Manuel Alvar, ya está registrada esta entrada como "Callos con garbanzos".
Además de la chabaza, ahora en Oliveros se puede degustar un espléndido cocido, que hacen a diario, los callos, el bacalao y típicos platos asturianos como la fabada y las fabes con almejas. Para acabar la faena, tenemos algunos postre deliciosos y originales como los paponzuelos, los frisuelos y el tocino del cielo.
El cocido, uno de los platos estrella de Oliveros |
Delicioso postre. No hay más que verlo |
BIBLIOGRAFÍA.-
-Establecimientos Tradicionales Madrileños (Tomo III)
- Hemeroteca Nacional
- Hemeroteca Municipal
- Y, sobre todo, mi agradecimiento a Julio Oliveros sin cuya colaboración entra entrada hubiera quedado medio vacía.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarGracias Charo. Oliveros cierra el lunes y creo que el domingo noche. Un abrazo
ResponderEliminarQue recuerdos!. A Oliveros iba de joven con mi padre y abuelo. Gracias por este artículo tan ameno como documentado
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