LA POSADA DE SAN PEDRO Y EL MESÓN
DEL SEGOVIANO.
El siguiente reportaje ha sido realizado por Antonio Pasies Monfort, de tabernasantiguasmadrid.blogspot.com.es
y por María Rosario Giménez de antiguoscafesdemadrid.blogspot.com.es
Aparece publicado simultáneamente en ambos blogs.
La
Cava Baja fue desde el S- XVII una de las calles más animadas, trajineras y
bullangueras de Madrid. Hasta hace poco se podían encontrar en ella muchos
comercios artesanales cuya antigüedad se remontaba, en muchos casos, al S-.XVIII.
Esparterías,
cordelerías, toneleros, albarderos, fábrica de cedazos y tiendas de garrotes y
cencerros compartían espacio con la numerosas posadas, mesones, bodegones,
figones y tabernas que llenaban la calle.
Foto 1... Urbancidades. wordpress.com (1934). Cava Baja |
A
finales del S- XIX Hilario Peñasco y Carlos Cambronero apuntaban que:
“Dan vida y animación a la calle las galeras, correos
y carricoches de esta provincia, el sinnúmero de caballerías que constantemente
entran y salen de las posadas, ya portando géneros de comercio, ya sirviendo de
medios de locomoción al labrador que en sosegado macho hace su entrada en la
corte, llevando en la grupa a la esposa o a la hermana.”
Unos
años más tarde, ya en el S- XX, Pedro de Répide nos describe las tabernas y el
ambiente de esta calle tan vital y bulliciosa.
“Las tabernas, más a la manera de las legendarias, permanecen en esta
Cava con sus cortinillas rojas, sus azulejos con grecas y floripondios azules,
o a veces con alegorías de vituallas, y los escaparates en que se ostentan las
cazuelas de callos hechos una masa espesa y visible, y los platos con tajadas
de abadejo o truchuela”.
A
mediados del siglo pasado Antonio Velasco Zazo ve como “Van y vienen los
trajinantes llevando de los cabestros las acémilas y jumentos cargados de
cestas y talegos. Pone la recua una nota pintoresca en las calles angostas y
legendarias que conducen a la Cava.
Invaden estas calles los
aldeanos cargados con alforjas y sacos, los carromatos atestados de fardos”
Muchas
eran las posadas sitas en torno al actual número 35 (hoy Casa Lucio) y anterior
nº 41 de la Cava Baja, desde finales del siglo XVII: La de Mariana, la de
Salcedo, la de San Luis y la de San Pedro. Allá se instaló un bodeguero
llamado Juan Bardasco en 1879, que dos años después traspasaría su local a
Domingo Parrondo, quien serviría vinos y comidas. En el año 1902 apareció
en esta Cava un nuevo propietario
llamado Santiago González Gómez que,
con toda probabilidad, anexionaría a su negocio la pequeña taberna de Pilar
Gómez, también allí ubicada.
Santiago
González, más conocido como El Segoviano, había venido a Madrid
desde su natal Castillejo de Mesleón (Segovia), tras pasar por las profesiones
de pastor y panadero. Al llegar a la ciudad trabajó en varios oficios hasta que
arrendó una taberna de la Cava Baja, en la esquina con Puerta Cerrada (hoy bar
La Terraza) y posteriormente, al quedar libre la cocina del antes citado número
35 (antes nº 41) de esta calle, Santiago se haría con el local por 100 pesetas.
En el año 1907 cogió en traspaso, por 500 pesetas, la posada de San Pedro.
Además de estos negocios, El Segoviano fue también propietario de una tienda de
ultramarinos, otra de compra-venta, varios locales y algunos pisos a lo largo
de la Cava Baja.
Foto 2.. Nuevo Mundo(1932). Santiago González frente al escaparate de "La reina de los lacones" |
Un
contemporáneo, Antonio Velasco Zazo, nos describe así al mesonero:
“El Segoviano resulta un hombre
popular, simpático, regordete, bajito, corto de brazos, la cabeza monda, el
color encendido, los ojos pequeños y avispados, la sonrisa franca, rasurado,
calmoso y comedido en el hablar, diligente en el servicio y pródigo en el agasajo (…) en mangas de
camisa, luciendo el típico delantal de peto verde con rayas negras”.
LA POSADA DE SAN PEDRO Y EL MESÓN DEL SEGOVIANO.
El
actual número 30 de la Cava Baja albergó, desde los años cuarenta del siglo XVIII,
una de las hospederías más conocidas de Madrid: la Posada de San Pedro,
que con el tiempo pasaría a llamarse Mesón del Segoviano.
Ya
en el siglo XVII tenemos registradas no menos de 30 posadas en la Cava Baja por
lo que es muy posible que esta Posada de San Pedro anteriormente tuviera otro
nombre, ya que las primeras referencias a este lugar encontradas en la prensa
datan de año 1815.
Foto... 3 Diariomadrid.net (1955). Puerta de acceso a la que fue posada de la Cava Baja, nº 30 |
La
de San Pedro tenía su acceso principal por el entonces número 28 de la Cava
Baja (hoy equivalente al nº 30) y un paso de carruajes con entrada por la
trasera calle del Almendro, número 15.
Se
trataba de una casa de corredor a la que se accedía, mediante un gran portón de
dos hojas, a un zaguán de paredes encaladas y suelo empedrado que a su vez
desembocaba en un gran patio central rodeado por balcones de madera. A la
derecha del patio había un amplio comedor, cuyos techos y paredes estaban
pintados al fresco, que tenía una viga central con una única lámpara de cuatro
brazos, realizada por completo en madera maciza y con un peso de cuatro
arrobas.
Foto 4...asilsazcano.blogspot.com (segunda mitad del S-XX). El aposento del mozo en el patio de la posada |
La
posada daba alojamiento a cuarenta y dos inquilinos; arrieros, botijeros
extremeños y comerciantes que traían, e incluso vendían allí, sus mercancías a
Madrid desde todos los puntos del país. El precio de las camas podía llegar a
dos pesetas en los primeros años del siglo XX, importe que no estaba al alcance
de los viajeros menos favorecidos, conocidos como saqueros, quienes por
un real accedían a un saco de paja depositado en el suelo y dormían junto al
lugar donde se guardaban los animales.
Muchos
fueron los propietarios de la Posada de San Pedro a lo largo del tiempo. Sabemos
que en los años 50 y 60 del siglo
XIX el dueño de la posada era Cayetano Feito;
pasó después a la familia Ríos y desde 1894 hasta que la arrendó Santiago
González, el posadero era Laureano González
Foto 5...Urbancidades.wordpress.com (1920). Santiago González "El Segoviano" con familiares y trabajadores de la posada |
En
el año 1908 Santiago “El Segoviano” ya era el
propietario de la Posada de San Pedro situada en la Cava Baja, número 28.
De
la Cava Baja salían de antiguo los carromatos y tartanas llamados “ordinario”
con dirección a diversos municipios de las provincias de Madrid y Toledo, que
más tarde fueron reemplazados por renqueantes automóviles de pasajeros. Cada
“ordinario” llevaba adosado el nombre del municipio al que realizaba los viajes
y en él se transportaban personas y mercancías. El trasiego de viajeros
propició un importante negocio para las posadas establecidas en las Cavas Baja
y Alta hasta la década de los años sesenta del siglo XX, momento en que este
servicio dejó de funcionar en dicho emplazamiento.
La
fama de la Posada de San Pedro se extendería por todo Madrid, sobre todo, a
partir del día 8 de junio de 1921 con el homenaje al escritor y periodista
Francisco Grandmontagne Otaegui, del que toda la prensa dio noticia. La famosa
artista Raquel Meller, los escritores Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la
Serna, José Augusto Trinidad Martínez Ruiz “Azorín”, el poeta Antonio Machado,
la periodista Encarnación Mateos, entre otros muchos, organizaron este sonado
banquete homenaje de cuyo recuerdo quedaría una placa conmemorativa en el
comedor de la Posada de San Pedro, que pasaría a llamarse desde entonces Mesón del Segoviano.
Foto 7... Urbancidades.wordpress.com (1953). Portal de la Posada de San Pedro, ya renombrada como Mesón del Segoviano, en el nº 30 de la Cava Baja |
A
partir de ese momento el Mesón del Segoviano fue otro de los lugares preferidos
por escritores, pintores, actores, dibujantes, periodistas y asociaciones de
diversa condición para agasajar a los famosos de la época. La fama del lugar
convertiría la posada en una magnífica hospedería con gran cantidad de
dormitorios ventilados, agua abundante y buenos lechos.
Foto 8...B.N.E. (1935). Santiago "El Segoviano" sirve vino durante una celebración |
El
ya conocido como Mesón del Segoviano continuaba sirviendo las viandas en los
utensilios de toda la vida. Las judías con chorizo, el cocido, las pepitorias y
sopas de ajo, los asados de cordero y los flanes eran presentados a los
clientes en platos cuencos y cazuelas de culo redondo,
acompañadas de cubiertos de palo y vasos de cuerno también en los célebres
banquetes, a los que asistía puntualmente el pintor Arturo Ortiz-Alguacil.
Foto 9...Todocoleccion.net. Anuncio promocional del Mesón del Segoviano con una de las pinturas de Arturo Ortiz-Alguacil |
Arturo
Ortiz-Alguacil era un pintor arbitrario y absurdo, y sin embargo de un raro
interés turbador. Según contaba, a quien deseara escuchar, había viajado
por todo el mundo, fue discípulo de Antonio Muñoz Degrain y llegó a estar
pensionado en Roma. Pero todo debió torcerse en algún momento de su vida cuando
hubo de aceptar la hospitalidad de Santiago “El Segoviano”, a cambio de su
pintura, para poder sobrevivir.
Ortiz-Alguacil
vivía gratis en el mesón desde 1921 y fue el pintor de sus paredes y techos con
escenas de un realismo bárbaro donde se podían reconocer los rostros de
los parroquianos, sus trajes y ademanes. En sus frescos dominaban los colores
ocres, rojos y negros. “La Navidad en Segovia”, “La lujuria y la miseria”, “Un
admirador inesperado” que reflejaba al asustado artista subido a un árbol
mientras un toro contempla su cuadro, hecho real acaecido en Sevilla, fueron algunas
de las obras con que este bohemio adornó posada y demás locales propiedad de El
Segoviano.
Una
noche de marzo del año 1929, tras la celebración de uno de los banquetes de escritores y artistas, el pintor
se sintió indispuesto y allí mismo falleció rodeado de sus amigos. Dejó
inconclusa su obra titulada “La muerte del Buda” en uno de los últimos
comedores del mesón.
Foto 10... Todocoleccion.net. Publicidad del Mesón del Segoviano con otra de las pinturas de Artuto Ortiz-Alguacil |
En
el año 1989 lo que fue la Posada de El Segoviano se vendió a la constructora
“Desarrollo Agrario, Industrial y Urbano, SA” sociedad participada por la
empresa PROCYRSA, propiedad del entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid,
Ramón Tamames Gómez. Tan solo un año después de la venta el inmueble fue
rápidamente declarado en ruina y sus inquilinos desalojados con premura.
Así,
el actual número 30 de la Cava Baja se
convirtió en un solar donde la constructora propietaria se negaría a permitir
las excavaciones arqueológicas que exige el Plan General de Urbanismo de Madrid
para las zonas de máxima protección, como esta. La Comunidad Autónoma de Madrid
amenazó entonces con la paralización de las obras para la nueva edificación y
la constructora no tuvo más remedio que claudicar.
Las
exploraciones arqueológicas sacaron a la luz varios silos, al parecer
musulmanes, y un gran lienzo de 180 m2. de la muralla cristiana del siglo XI,
que por la Cava Baja transcurría.
Foto 11... M.R. Giménez y Vicente Valdés (2015). Fachada del actual nº 30 de la Cava Baja. En el interior del inmueble se conserva el lienzo de la muralla del S-XI |
Un
nuevo edificio de viviendas fue levantado en el solar, dejando al descubierto
el lienzo de muralla para su visita.
MESÓN DEL SEGOVIANO
(Actual CASA LUCIO).
La
taberna que Santiago González puso en 1902 en el nº 41 (actual número 35) de la
Cava fue evolucionando hasta convertirse
en un mesón que, durante algunos años, era conocido como “La reina de los lacones”. Así lo comenta “El Imparcial” en 1930
cuando dice que, además de la Posada de San Pedro, tiene
otra casa de comidas en el 41, que desde
hace muchos años se la conoce como reina de lacones y sabrosos codillos a 65
céntimos.
Foto 12... Revista Buen Humor (1931). La Reina de los lacones |
En
1923 el mismo periódico nos habla de Santiago y del Mesón:
“El
caprichoso
comedor de la famosa casa reina de los lacones
y cocidos que el Segoviano posee en el núm. 41 de dicha calle de donde
puede decirse que es rey y señor, ya que así se pregona y lo viene demostrando
en todas las verbenas del distrito, engalanando la calle sin reparar en gastos,
hasta hacerla sobresalir sobre todas las demás donde pasamos un rato agradable
contemplando las pinturas tan originales y cosas tan divertidas como éstas, alusivas
desde luego a las figuras:
«El que quiera un cocido de «el Segoviano» que
madrugue, que yo ya le tengo en la
mano». Más allá un maestro de escuela gime desesperado: “¡Con qué afán
miro a los motilones al ver que comen cordero y lacón del célebre Segoviano»!
¡Yo, maestro de escuela, estoy desmayado!”
Parece que el pillín de
don Santiago no siempre ofrecía productos de la
mejor calidad pues el diario “El Sol” del 16/7/1925 notifica que Santiago González, Cava Baja, 41, es multado
con 250 pesetas por venta de carne en
malas condiciones para el consumo.
Foto 13…Todocoleccion.net. Antecocina y uno de los salones decorados con profusión por Arturo Ortiz-Alguacil. |
El
citado Velasco Zazo nos relata cómo eran los locales que Santiago González
tenía en los números 28 (actual nº 30) y
41 (actual nº 35) de la Cava Baja:
“En los últimos años se ha puesto de
moda el Mesón del Segoviano, en la Cava Baja, antes Posada de San Pedro,
adornado con curiosas pinturas murales, lo mismo que los sótanos de la taberna frontera.
Los clientes recorren el laberinto de
sus artísticos escondrijos y saboreando el lechón al horno, el cordero con
patatas, la tortilla española, la sopa de ajo arriero y el vino rancio
escanciado en jarritas talaveranas.
Desde el despacho de vinos –la
clásica taberna- una escalerilla de
caracol conduce a la cueva, convertida en una especie de laberinto.
Los comedores están en los sótanos de
otro local frontero (…) que por la Cava Alta muestran sus fachadas posteriores.
Se llega a estos subterráneos cruzando otra taberna de pobre aspecto.
Una serie de reducidos escondrijos, en
cuyo fondo se ven sobre un gran tablero las hinchadas corambres; de tierra
desigual el suelo; de pino la mesas pequeñitas, con velones apagados; bajas las
sillas y harto estrechos los bancos; decoradas completamente las paredes con
pintura llamativa, caricaturesca y alegórica; en este ambiente se sirven la
sopa de ajo en cazuela y con cuchara de palo, los huevos fritos sobre grandes
lonjas de jamón, el cordero, el cochinillo asado, la pepitoria, los bartolillos
y el vino manchego en jarritas talaveranas”.
Cuando
en 1942 muere Santiago el mesonero, su hija Petra se pone al frente de los
negocios. El Mesón sigue funcionando con normalidad pero, poco a poco, va
perdiendo esa clientela compuesta por lo más granado de Madrid y, hacia los
años sesenta, sus comedores pasan a ser ocupados por extranjeros curiosos y
jóvenes con sus tunas estudiantiles cantando “Clavelitos” acompañados por sus
propias guitarras o por las que les prestaba el local.
Para
animar los cantos se bebía un vinazo dulzón y cabezón acompañado por unas tortillas
fácilmente superables. Ya en 1935 Emilio Carrere escribía:
Una jarra
pintada, de
Talavera
-vino espeso
y peleón-.
La guitarra,
errabunda y
lastimera,
del mesón,
y una
lágrima colgando
del bordón.
Foto 16...ABC. Taberna del Mesón del Segoviano hacia 1970 |
En
1945 entra como aprendiz en el mesón Lucio Blázquez; sólo tenía 12 años pero ya
era muy espabilado y trabajador. Cuando doña Petra decide en 1974 dejar el local
por jubilación, se lo cede a Lucio que ya se había independizado y abierto otro
establecimiento en la misma calle.
Foto 17... Fotografías: urbancidades.wordpress.com (1960) y Enciclopedia de Madrid editada por Espasa-Calpe (1977). En la fotografía de la derecha se aprecia aún el rótulo de “Mesón del Segoviano” aunque el local ya era propiedad de Lucio. |
Petra
se mantuvo únicamente al frente de la Posada hasta su fallecimiento en 1987.
En 1974, y después
de una reforma total, el Mesón del número 35 de la Cava Baja reabre conservando
el nombre, pero unos años después pasa a llamarse “Casa Lucio” y a convertirse quizás en el más conocido restaurante
de Madrid en donde un par de huevos te cuesta uno. Pero esa ya es otra historia.
FUENTES.-
“Ruta
emocional de Madrid" Emilio Carrere.
“Fondas
y Mesones” Antonio Velasco Zazo.
“Las
calles de Madrid” Pedro de Répide.
“Las
calles de Madrid” Hilario Peñasco y Carlos Cambronero.
“Centros
y periferias en España y Austria: aspectos literarios y culturales” Carlos
Buján López y María José Domínguez Vázquez.
“Historia
y anécdotas de las fondas madrileñas” Peter Besas.
Hemeroteca
de la B.N.E.
Hemeroteca
ABC
Hemeroteca
El País.
Madridhistorico.com
Es.wikipedia.org
Urbancidades.wordpress.com
Asislazcano.blogspot.com
Todocoleccion.net
Viejo-Madrid.es
Efe.com
Enciclopedia
de Madrid. Espasa-Calpe.
Memoriademadrid.es
!Enhorabuena por el artículo! Me ha gustado mucho por la cantidad de noticias que da y que desconocía
ResponderEliminarAdemás me hace añorar la juventud pasada cuando estaba en Madrid y paseaba por las Cavas tan queridas para mi
De nuevo gracias por este recuerdo....
Me alegro mucho que te haya gustado esta entrada de la que, como mucho, me corresponde el 50%. Gracias en nombre de los dos
ResponderEliminarcomo dijo Charo en su dia,ella con los cafés y tu con tabernas,acaparais todo Madrid.Y Osorio con la Movida.menudo peligro.Acabose s.Mateo en Oviedo y deja agua.A mantenerse firmes y en pie.Saludos.Yo.Vitoria
ResponderEliminarEs un honor que me compares con tan ilustres y expertos madrileñistas. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias, ¡por fin! me ha aclarado la foto nº 5 que en muchos lugares aparece como tomada en el Mesón del Segoviano para luego indicar que este mesón estaba en Cava Baja 35 (lo que se contradice con la foto, pues este edificio ni tiene ni tuvo entrada de carros). La realidad es que la foto se tomó en la posada de San Pedro que entonces (1920) no era parte del Mesón del Segoviano, es más, entonces el mesón de Santiago González, aun no se llamaba "oficialmente" así, aunque quizás la gente lo conociera por el gentilicio de su dueño.
ResponderEliminarTambién agradezco mucho las fotos 4 y 15 porque aclaran otra foto que aparece en casi todas las colecciones que he consultado detrás de la nº 5 y figura como si hubiese sido tomada en el mismo lugar que esta, el Mesón del Segoviano. Ahora se ve que esa foto también se tomó en la posada de San Pedro.
Finalmente, cuando dice que las primeras reseñas de prensa de la posada de San Pedro son de 1815 quizás podría ser apropiado citar donde (al menos una de ellas es el Diario de Madrid de 19-VI-1815, 4ª página, numerada 742). Ruego que perdone esta intromisión.
Nuevamente muy agradecido
Gracias por tu comentario y por tu interés en el viejo Madrid. En cuanto a la posada de San Pedro hay muchos autores (se copian unos de otros) que afirman que se fundó en 1740. Yo esto no lo he visto en ningún documento "serio" así que no me atrevo a asegurarlo.
ResponderEliminarPuede que tengas razón eh lo de poner la fuente pero pienso que los artículos del blog son informativos y tampoco necesitan una bibliografía tan exacta. Por cierto, creo que te confundes de fecha pues la que yo tengo es del día 29 y no del 19. No tiene importancia. Un saludo
Estoy de acuerdo con la corrección, pulsé la tecla errónea, el 1 por el 2. Mea culpa
ResponderEliminarUn saludo
Excelente trabajo al alimón que nos permite reconstruir la historia de un mesón y una posada llenos de personalidad.
ResponderEliminarCon una compañera así todo es más fácil. Me alegro que te haya giustado
EliminarHola Antonio.
ResponderEliminar¡Qué maravilla de artículo! Estoy investigando al fotógrafo José Yllera González, que tenía su estudio en la calle Cava Baja, 42. Si te fijas no fue sólo quien realizó las fotografías de los decorados sino también el editor de algunas tarjetas de publicidad del mesón. Quería saber si tenías algún dato más que pudiera darme pistas sobre él. Saludos.